martes, 1 de abril de 2014

Cosmovisión de la Radio

La radio para muchos es y será una leal compañera, un aparato moderno que nos simplificó la vida de modo substancial. Ya en épocas mucho más anteriores a la nuestra las mentes humanas habían imaginado su existencia, claro que no era una fiel reproducción de lo que actualmente conocemos, antes bien era una narración provista de imaginación pura que carecía de nombres para designarla pero que estaba basado en los principios que más tarde  darían vida a lo que, comúnmente llamamos: Radio.
 Cuesta mucho creer que hoy en día demos más crédito a lo que escuchamos que lo que vemos (inconscientemente) y actualmente en pleno siglo XXI, siglo en el que predomina la abundancia de información y la exagerada cantidad de datos, tengamos por la radio un interés que va más allá de, si lo que nos dice es sonido puro, ¿por qué le crees? ¿Si solo te habla porque le das mucha fe? ¿No te muestra más pruebas que una voz o sí? Puede que todas estas interrogantes tengan una base lógico-empírica, pero lo cierto es que nuestra visión de la radio es distinta, hemos conceptualizado a la radio como un medio que cuenta con una trayectoria impecable y que, frente a su gran competidora y hermana (la televisión), opto por proveer a sus oyentes de información veraz y contrastable que no ponga a prueba su credibilidad y lo que es más, que no peligre su identidad como medio de comunicación.
La relación del hombre con la radio es lo bastante solida como para afirmar que, aunque pasen los años que pasen la gente siempre va a  prescindir de ella. Un estudio de la Universidad de Chile, demostró que la radio es una matriz estética que cuenta con una amplia gama de sonidos, voces, ruidos e incluso silencios, que envuelven al receptor en una de las más gratas experiencias de percepción radiofónica.
Pese a ello menudas no han sido las críticas que ha tenido que enfrentar este medio, recibiendo cuestionamientos tales como: ¿Cuáles son las herramientas usadas para interpretar los géneros radiales? ¿Está provista de un modelo consciente? ¿Posee teorías científicas basadas en resultados comprobados?; son algunas de las interrogantes que se le plantean de forma usual, pero que la radio se ha encargado de responder con argumentos suficientes como para no dejar la menor duda.
En una cosmovisión diferente se encuentran las definiciones de universidades británicas, inglesas y españolas las cuales coinciden en que la radio ha pasado de un medio de comunicación masivo, utilizado en beneficio propio de políticos, militares y dictadores que adormecían a la población con mensajes subliminales, a un medio de expresión, de difusión y de interpretación de la realidad. Los radiodifusores del otro continente entienden bien la idea de libertad de expresión y hacen uso de este derecho para llevar a los radio escuchas una información real y comprobable, que esté libre de ideologías, propagandas o discursos. Como una concepción moderna de la radio se afirma que el “hacer radio” implica la construcción de significados que tengan sentido en quienes los escuchan, que genere comunicación y despierte el interés de participación de los receptores.
Tengamos en cuenta que la radio también es cultura; se ha forjado un pasado, tenemos un presente y labraremos un futuro radial de acuerdo a nuestras experiencias  y actitudes, siempre teniendo en cuenta la cosmovisión de su existencia y los aportes  que muchos estudiosos han dedicado a la radio.
La cultura radial es sin duda uno de los más grandes aspectos en la historia del hombre, ha cambiado el curso de su vida y ha hecho posible la comunicación en casi toda su dimensión.